La secretaria del Interior Theresa May dijo a la Cámara de los Comunes que el número de personas no pertenecientes a la Unión Europea autorizadas a trabajar en el Reino Unido a partir de abril del 2011 estará limitado a 22.000, una reducción de cerca de una quinta parte respecto del 2009.
Pero miles de personas autorizadas a trabajar en transferencias entre compañías no están incluidas en esas cifras. Los críticos dicen que eso significa que no está claro el modo en que el primer ministro David Cameron cumplirá con una promesa de reducir la inmigración neta _que también incluye a estudiantes y familiares de personas con visas_ a menos de 100.000 para el 2015, en comparación con unos 196.000 el año pasado.
"No podemos seguir así, debemos ajustar nuestro sistema de inmigración", dijo May a los legisladores al anunciar los detalles de las nuevas reglas.
La ansiedad del público sobre la inmigración _con la carga consiguiente para los servicios públicos_ fue un tema clave durante las elecciones nacionales, cuando el entonces primer ministro Gordon Brown fue encarado airadamente por un votante sobre los trabajadores que llegaban de Europa oriental.
Como miembro de la Unión Europea, Gran Bretaña debe permitir que los ciudadanos de casi todas las demás naciones del bloque vivan y trabajen en su territorio.
Los dirigentes empresariales han instado al gobierno de Cameron a no imponer restricciones drásticas a los trabajadores no europeos por considerar que algunos sectores vitales se quedarían sin el personal necesario, en especial el del cuidado de la salud y los proyectos de infraestructura energética.
Funcionarios indios también instaron a Cameron a no restringir los derechos de sus ciudadanos a estudiar y trabajar en el Reino Unido, cuando el primer ministro visitó India en julio.
La secretaria May dijo que Gran Bretaña reservará 1.000 visas anuales para científicos, académicos y artistas talentosos.
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