El citado protocolo está preparado ahora por si se produce un éxodo de gitanos desde Francia. Consiste, básicamente, en la coordinación de todos los agentes que se relacionan con este colectivo: agentes sociales, policía, ayuntamientos y asociaciones del pueblo gitano. "Se trabaja con tres principios muy claros: respetar los derechos humanos, evitar los asentamientos ilegales y promover políticas de integración", explica Amorós, para quien uno de los elementos determinantes es la "discreción", que permite tratar caso por caso. Contra el chabolismo, sin embargo, no hay tibieza: "Cuando detectamos un asentamiento, lo estudiamos para ver cómo podemos ayudar. Al que se acaba de instalar, se le explica que no puede quedarse. Vamos todos a una. Si acaban de llegar y no tienen ningún tipo de arraigo, se les dice que se vayan. Se debe actuar aplicando la ley al mismo tiempo que las políticas de integración".El secretario de Inmigración presentó ayer una guía de la Generalitat para la gestión de la diversidad por las entidades cívicas. La combinación entre la acción policial y de los agentes sociales es la clave para el arraigo, asegura Amorós. "Tenemos que felicitar a los ayuntamientos, que han trabajado para la integración de los colectivos con resultados exitosos". La fórmula catalana que practica hoy en día la Generalitat sirvió para desmontar los poblados chabolistas de antaño y lograr la integración de sus habitantes en la ciudad, con éxito. "No se estigmatizó a sus habitantes. Se trabajó combatiendo el populismo y facilitando la integración. Veinte años después vemos el éxito: la presencia de los gitanos nos ha enriquecido por su diversidad y valor, y si lo ha hecho en Cataluña, lo puede hacer en Europa", señala.
Muy crítico con la política de expulsiones promovida por el presidente francés, Nicolás Sarkozy -"no se pueden aglutinar los odios contra un colectivo", dice-, Amorós carga también contra la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, por utilizar la situación de los gitanos rumanos que viven en Badalona en un acto de campaña: "Si Camacho quiere hablar de gitanos, ¿por qué no lo hace con la Federación de Asociaciones Gitanas de Cataluña?", se pregunta. "En Cataluña hay muchos gitanos y muchos rumanos que pasan desapercibidos. El problema son algunas poblaciones que sufren problemas muy visibles, como la mendicidad y la sobreocupación de viviendas, uno de los problemas de Badalona, aunque actualmente el número de infraviviendas se haya reducido de 150 a 50, de las que solo una decena crean problemas a los vecinos", sostiene Amorós. "Pero queda mucho trabajo por hacer", reconoce. Una brigada policial trabaja con este colectivo, "combinando el sentido común y la ley".
Sánchez-Camacho volverá hoy a Badalona, tras pasearse el viernes con una eurodiputada del partido de Sarkozy y hablar con varios vecinos de los problemas que sufre el barrio en su relación con los gitanos rumanos. Lejos de valorar la actitud de Sánchez-Camacho -el resto de los partidos la ha acusado de atizar la xenofobia-, el líder del PP, Mariano Rajoy, eludió ayer hablar de los gitanos rumanos y en su visita a Cataluña se decantó por felicitarse por la buena actitud de los españoles inmigrantes, a los que alabó por su aportación "a la cultura y a la evolución" de los territorios a los que han emigrado.
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