La policía francesa desmanteló por la fuerza este martes un campamento de inmigrantes, en su mayoría afganos, ubicado cerca del puerto de Calais, conocido como «la jungla», donde malvivían a la espera de poder cruzar en camiones a Gran Bretaña, y detuvo a más de 270.
«Estos 276 extranjeros en situación irregular han sido trasladados a seis locales de la región de Calais donde serán interrogados individualmente. Los mayores de edad que rechacen nuestras propuestas serán colocados luego en centros de retención», anunció poco después en rueda de prensa en París el ministro francés de Inmigración, Eric Besson.
Los inmigrantes tienen dos alternativas: el retorno voluntario o una demanda de asilo, cuya aceptación no está garantizada.
Entre los extranjeros detenidos -todos hombres-, figuran 135 menores de edad, precisó Besson antes de indicar que éstos últimos fueron trasladados a «cinco centros de alojamiento especializados».
Poco antes de las 7.30 horas numerosos vehículos de la policía antidisturbios y unos 500 policías y gendarmes comenzaron a rodear el sector conocido como la jungla, un terreno arenoso de varias hectáreas en una zona industrial de Calais donde hasta hace unas semanas vivían entre 700 y 800 inmigrantes en chozas hechas con chapas, toldos de nilón y mantas.
«Necesitamos un refugio y protección. Queremos el asilo y la paz. La jungla es nuestra casa», decían las pancartas desplegadas por los inmigrantes, en su mayoría afganos de la etnia pashtún que escaparon de la violencia en su país.
Besson dijo que el objetivo del operativo no era «detener al máximo de inmigrantes» sino desbaratar «la lógica de los traficantes de inmigrantes».
«'La jungla' es un campamento de base de traficantes. No es un campamento humanitario. Hay jefecillos. Aquí reina la ley de la jungla», sostuvo el ministro francés al justificar el operativo de las fuerzas de seguridad.
Hacia Reino Unido
Desde los aparcamientos de la zona industrial, los inmigrantes intentan esconderse en camiones que embarcan en transbordadores para cruzar el Canal rumbo al Reino Unido.
Besson apeló a «reforzar el control de la entrada» de inmigrantes a los países de la Unión Europea y criticó «las incoherencias» entre las políticas nacionales de inmigración y asilo entre los países de la UE.
Las asociaciones denunciaron una intervención policial que no resuelve el problema y sólo provoca la dispersión de los inmigrantes por la zona. Afirman que unos 2.000 afganos, eritreos, somalíes, sudaneses, iraníes, nigerianos y kurdos están diseminados por el litoral.
Desde el otro lado del Canal, el ministro británico del Interior, Alan Johnson, saludó la «rapidez y firmeza» del gobierno francés.
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