Según las cifras facilitadas ayer por la Secretaría para la Inmigración de la Generalitat, el número de inmigrantes empadronados el pasado julio en Cataluña era de 1.241.522, casi 10.000 menos que en julio del año anterior. El descenso ha sido especialmente acusado entre los hombres (del 1,74%), mientras que en las mujeres no ha habido decrecimiento, sino incluso un sensible aumento, del 0,33%. Oriol Amorós explica esta diferencia entre sexos por el hecho de que las mujeres inmigrantes tienen empleos en los sectores que más han resistido a la embestida de la crisis (servicios, atención a las personas y el turismo). En cambio, los inmigrantes de sexo masculino están ocupados mayoritariamente en sectores en los que en los últimos años se han destruido más empleos, como la construcción, "donde los primeros trabajadores despedidos han sido los últimos en llegar", destaca Amorós.
Las cifras de la Secretaría de Inmigración muestran que la caída del número de inmigrantes se ha notado especialmente en la franja de edad de los 15 a los 29 años (con un descenso del 6,58%). Según Amorós, a esta franja pertenecen los inmigrantes en edad de trabajar sin familia en Cataluña y que, por tanto, tienen menos problemas para marchar cuando el mercado laboral les da la espalda.
Por nacionalidades, los mayores descensos en el número de inmigrantes empadronados los encabezan los ecuatorianos, seguidos por los bolivianos y por los argentinos, mientras que en colectivos como los paquistaníes y los marroquíes la tendencia es de crecimiento, aunque con aumentos "nada comparables a la intensidad de entradas registradas durante los años de la bonanza económica", destaca la Secretaría de Inmigración.
Si existe mayor retorno a los países de América Latina es porque las perspectivas de tr
abajo son más esperanzadores que en los países africanos y asiáticos, señala Amorós. El responsable de Inmigración apunta también que entre los inmigrantes latinoamericanos ha habido más nacionalizaciones de ciudadanos, que han dejado de constar como extranjeros.
Amorós destaca que las cifras facilitadas ayer son el balance de las llegadas y partidas de inmigrantes en un año. "Siguen viniendo inmigrantes en Cataluña, pero la diferencia es que ahora marchan más de los que llegan", explica. "Es importante destacar que, a pesar de la crisis, el grueso de la inmigración viene a Cataluña para quedarse, y se queda, de manera que el reto que tenemos por delante es la plena integración de estas personas", agrega
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