Dos residentes de Denver acusaron a agentes de inmigración de haberles impedido salir del estacionamiento de un McDonald's en Nebraska basados en una caracterización racial, de acuerdo con la querella presentada ante una corte federal el lunes.Seguir leyendo el arículo
Arquímedes Bautista y Rosalba Artimas, quienes aseguran son ciudadanos estadounidenses, viajaban en un autobús que iba de Denver, Colorado, a Omaha, Nebraska, para una conferencia en abril cuando se detuvieron para desayunar en un McDonald's.
La querella, introducida en su nombre por la organización de derechos civiles American Civil Liberties Union (ACLU por sus siglas en inglés) señala que una agente de habla hispana del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) que se encontraba en el restaurante de comida rápida alertó a su jefe, quien envió a otros funcionarios para que bloquearan la salida del autobús con sus vehículos.
Mark Silverstein, director legal de la ACLU, dijo que la agente que estaba en McDonald's infirió al escuchar las conversaciones de los pasajeros que éstos tenían viajando algún tiempo, y que la "forma en la que vestían le hicieron sospechar que era un grupo de contrabando".
Silverstein dijo que la agente no especificó en su reporte de ICE cómo fue que la ropa de los pasajeros le pareció sospechosa.
Describió el caso como "caracterización racial y estereotipo étnico de la peor clase".
ICE indicó en un comunicado que los dos agentes en el McDonald's dejaron claro que su decisión de parar al autobús estuvo "basada en sus 29 años de experiencia en inmigración y aplicación de las leyes" porque sospecharon que el autobús "podría ser usado para el tráfico de extranjeros ilegales".
"No hubo ninguna caracterización racial en la detención del autobús o de sus pasajeros", señaló el vocero Carl Rusnok.
Rusnok dijo que 36 de los 42 pasajeros fueron identificados como personas que estaban ilegalmente en el país. Tres de ellos tenían antecedentes criminales, uno era un prófugo, y otro había sido deportado previamente, señaló ICE.
La querella administrativa _que alega hubo arresto, encarcelamiento y agresión erróneas_ señala que los agentes subieron al vehículo e interrogaron al conductor y "exigieron de forma agresiva documentos de identificación".
Silverstein dijo que los agentes llevaron al autobús a un centro de inmigración y sometieron a los pasajeros a una revisión física antes de mandarlos a celdas de interrogación y procesamiento. Bautista y Artimas fueron liberados luego de dos horas sin ser acusados, pero ACLU dijo que a Bautista se le tomaron sus huellas digitales y una foto.
El conductor del autobús, Lawrence Newton, de 73 años, señaló que le parece mal hecho lo que pasó y que la agente del ICE se puso "toda frenética" porque el autobús estaba repleto de gente hablando español.
Rusnok dijo que la agencia no podía comentar más sobre un caso en desarrollo, pero mantuvo que los "agentes no pueden ignorar asuntos de implementación de las leyes que observan, especialmente cuando podría estar relacionado con un caso de contrabando de personas".
La ACLU no está representando a los pasajeros que recibieron notificaciones. Silverstein dijo que ellos podrían alegar que no debieron ser detenidos y revisados en primer lugar.
"Hablar español y viajar una larga distancia no es base de una sospecha razonable", señaló.
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