«Cuando salen de sus lugares de origen no tienen otra opción que llegar. Para conseguirlo, algunos atraviesan desiertos. En el trayecto, algunas mujeres son violadas y otras se quedan embarazadas», explica la presidenta de Andalucía Acoge, Mamen Castellano.La máxima representante de la organización asegura que sólo alcanzan la meta los más fuertes física y mentalmente. «Los que llegan han pasado situaciones que ninguno de nosotros soportaríamos», asegura Castellano, quien resalta que su fortaleza les convierte en un gran valor para el país receptor. Advierte, sin embargo, que no son mera carne de jornal. «Queremos manos de obra y al final lo que llegan son personas que, además de trabajar, quieren establecerse, tener hijos, estudiar», agrega.Quienes llegan a España desde África a través de las pateras lo hacen obligados por las persecuciones, la guerra o la pobreza, lo que convierte la huida en un deber de estos inmigrantes que pretenden rehacer su vida en otro país. Rehacerla en todos los sentidos. Al respecto, Mamen Castellano resalta que cuando se establecen intentan prosperar, formarse, dar estudios a sus hijos, disfrutar del primer mundo.Aunque España, ahora, estrangulada por la crisis, no es Jauja, la situación económica actual no actúa de freno, según la presidenta de Andalucía Acoge, quien señala que gran parte de los inmigrantes que recala en nuestro país a través de la pateras partió de sus lugares de origen cuando aquí se nadaba en la abundancia. «Pasan varios años antes de que muchos consigan llegar».El camino es terrible, pero pocos deciden rendirse. Sería un fracaso. Lo idóneo, sin embargo, sería que no tuvieran que partir nunca. Mamen Castellano indica que para conseguirlo haría falta una mayor implicación de los países ricos con las naciones africanas. Apuesta en concreto por incrementar la política de cooperación al desarrollo como fórmula para acabar con la inmigración irregular.
«Cuando salen de sus lugares de origen no tienen otra opción que llegar. Para conseguirlo, algunos atraviesan desiertos. En el trayecto, algunas mujeres son violadas y otras se quedan embarazadas», explica la presidenta de Andalucía Acoge, Mamen Castellano.
La máxima representante de la organización asegura que sólo alcanzan la meta los más fuertes física y mentalmente. «Los que llegan han pasado situaciones que ninguno de nosotros soportaríamos», asegura Castellano, quien resalta que su fortaleza les convierte en un gran valor para el país receptor. Advierte, sin embargo, que no son mera carne de jornal. «Queremos manos de obra y al final lo que llegan son personas que, además de trabajar, quieren establecerse, tener hijos, estudiar», agrega.
Quienes llegan a España desde África a través de las pateras lo hacen obligados por las persecuciones, la guerra o la pobreza, lo que convierte la huida en un deber de estos inmigrantes que pretenden rehacer su vida en otro país. Rehacerla en todos los sentidos. Al respecto, Mamen Castellano resalta que cuando se establecen intentan prosperar, formarse, dar estudios a sus hijos, disfrutar del primer mundo.
Aunque España, ahora, estrangulada por la crisis, no es Jauja, la situación económica actual no actúa de freno, según la presidenta de Andalucía Acoge, quien señala que gran parte de los inmigrantes que recala en nuestro país a través de la pateras partió de sus lugares de origen cuando aquí se nadaba en la abundancia. «Pasan varios años antes de que muchos consigan llegar».
El camino es terrible, pero pocos deciden rendirse. Sería un fracaso. Lo idóneo, sin embargo, sería que no tuvieran que partir nunca. Mamen Castellano indica que para conseguirlo haría falta una mayor implicación de los países ricos con las naciones africanas. Apuesta en concreto por incrementar la política de cooperación al desarrollo como fórmula para acabar con la inmigración irregular.
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