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sábado, 13 de noviembre de 2010

Negros augurios para la reforma migratoria tras las legislativas

Si el presidente Obama no fue capaz de cumplir su promesa de aprobar una reforma del sistema de inmigración con una amplia mayoría en el Congreso, las opciones de que lo haga con los republicanos controlando la Cámara de Representantes son más bien escasas. No obstante, las organizaciones que promueven la reforma no piensan tirar la toalla.
“A partir de ahora, será más difícil. Pero no vamos a dejar de luchar por ella”, ha comentado a El Mundo América Laura Vázquez, analista legislativa del Consejo Nacional de La Raza, la asociación hispana más influyente del país. “Lo que nos da esperanza es que una mayoría de la población continúa apoyando una reforma que abra las puertas a la regularización de los indocumentados”.
Ali Noorani, director del National Immigration Forum, que reúne a inmigrantes diferentes orígenes, también se muestra esperanzado. “Si hay algún asunto en el que [republicanos y demócratas] deben trabajar juntos es en la reforma inmigratoria”, sostiene Noorani. “Ni los demócratas pueden dormirse en los laureles, ni los republicanos pueden dejar que los demagogos anti-inmigrantes se conviertan en la cara del partido”.
Sin embargo, todo parece indicar que algunos de los republicanos más intransigentes respecto a la legalización de los indocumentados serán quienes asumirán posiciones de responsabilidad clave para la reforma en la próxima legislatura. Por ejemplo, se espera que Lamar Smith, presida el Comité de Justicia de la Cámara de Representantes, y Steve King el subcomité de Inmigración.
En declaraciones recientes a Business Week, King dijo que su prioridad será la lucha contra la inmigración ilegal, e incluso se mostró contrario a expandir el número de visados expedidos bajo un programa que permite a las empresas la contratación de extranjeros con un alto nivel de formación, como el H-1B.
Tampoco favorece la aprobación de una reforma el hecho de que un buen número de los nuevos congresistas republicanos elegidos la semana pasada mantengan unas posiciones duras en inmigración. Ahora bien, como contrapunto, algunos activistas señalan el aumento de dos a ocho en el número de congresistas hispanos republicanos.

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