Cataluña se convirtió con el segundo tripartito en la primera Comunidad Autónoma con una ley de regulación de los centros de culto. No obstante, la normativa perdió ambición conforme iba avanzando su tramitación. En el camino quedó el aspecto más polémico e innovador: la obligatoriedad de reservar suelo en los planes municipales para centros religiosos.
Ahora, el PSC se limita a prometer el cumplimiento de las normativas de culto mientras que CiU exije revisarla para darle un caire más acorde con la preponderancia del cristianismo en nuestra sociedad, al tiempo que propone la creación de un consejo del culto musulmán elegido por las propias asociaciones de musulmanes de Cataluña.
ICV también pide su revisión, pero para caminar hacia la laicidad plena que comporte, por ejemplo, el derecho a los menores a no ser adoctrinados en centros de formación concertados. Esquerra quiere aglutinar cuestiones de este tipo en un Pacto Nacional de Laicidad.
Y el que más se moja es el PP, pues garantiza que promulgará la extensión del veto al burka y el niqab a todo el territorio catalán y, no sólo a las dependencias institucionales, sino también a los espacios públicos, a la calle.
Todas las formaciones se comprometen a hacer cumplir las normativas en los espacios de culto. El exceso de aforo sigue siendo el núcleo de la controversia vecinal. Con Lleida como ejemplo más reciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario